Con el frío hay que mimar más a los bebés

A estas alturas del año ya van llegando las caídas de las temperaturas a la vez que inexorablemente se acorta el día. Estamos en otro atípico año y en otros atípicos otoños e inviernos en los que cada vez son más acusados los contrastes entre el día y la noche dando lugar a los catarros y los resfriados. Por esto desde el blog de La Cestita del Bebé os dejamos unos consejos para afrontar la temporada fría del año con bebés.

Bebé disfrutando de la nieve

Parece que el frío empieza a llegar tras los Pilares y con la llegada de Halloween y aunque no habrá cabalgata ni se repartan caramelos, el espíritu de las fiestas seguirá con nosotros hasta que se puedan volver a celebrar. Pero lo que no cambia es que en esta época comienza el frío y el cambio de hora.

El invierno es una de las épocas menos deseadas para nacer, siempre se prefiere más el calorcito de la primavera y el verano. Los bebés son seres vulnerables a los que los rigores del invierno les pueden afectar si no se tienen unos mínimos cuidados y consideraciones. También parece que los bebés que nacen en otoño e invierno luego son más fuertes y longevos.

Por todos es sabido que esta época nos trae catarros y resfriados entre otros, en los niñ@s la media suelen ser de 10 al año. La causa, su sistema inmunitario está muy débil y hasta que vayan cogiendo más defensas y reforzando su sistema inmunitario será normal coger estos dichosos virus. Comentar que en verano aunque haga calor y dificulte coger resfriados también se cogen, el principal motivo los cambios de temperatura. Pero el calorcito siempre hace que sea más apetecible salir y el calor estimule su desarrollo.

Confort climático en el hogar

En la temporada de mal tiempo este será el lugar donde el recién nacido pasará el mayor tiempo, así que será importante que tengamos la casa en unas condiciones ideales. Para ello lo principal será que la casa esté a una temperatura de entre 20 y 23º C. La calefacción siempre nos reseca las mucosas, para ello podemos poner vasos con agua encima de los radiadores o bien disponer de humidificadores. Al agua podemos añadirle esencia de eucalipto disponible en las farmacias, esto ayudará a despejar las vías y respirar mejor.

A la hora de combatir los resfriados es importante ventilar bien la casa, renovando de esta forma el aire y su calidad, ya que los ambientes cargados no son buenos y más propensos a enfermedades respiratorias.

Otra medida que nos recomiendan en el hospital y el pediatra será ponerlo un ratito a la luz sobre todo del sol para ayudar a eliminar la bilirrubina y mejorar la asimilación de las vitaminas.

Cuando los bebés son recién nacidos o muy pequeños será habitual recibir visitas por parte de familiares y amigos para conocer al nuevo miembro, deberemos tener al bebé bien arropado ya que esta puede ser otra de las causas de contagio de resfriados.

Salir a pasear siempre es bueno

Conforme vayamos pasando otoño y entre el invierno lo normal es que las temperaturas sean cada vez más bajas o gélidas, pero con un poco de sentido común y eligiendo días que no haga mucho frío podemos salir. Podemos aprovechar las temperaturas del mediodía o bien las primeras de la tarde que es cuando más calor suele hacer. Se debe llevar convenientemente abrigado al bebé, con las manos y parte de la cabeza también tapados. Para mayor comodidad y protección lo mejor es usar un saco para el cochecito y si hace viento podemos usar una burbuja de plástico para protegerle.

Respecto a la ropa lo mejor es llevar muchas capas delgadas, siempre mejor que una gruesa, así siempre podemos quitar o poner dependiendo de la temperatura. Ya que sudar o coger frío no es bueno, los cambios de temperatura siempre suelen acarrear resfriados.

Para dormir relajado lo mejor es un baño

Cuando son pequeños la hora del baño suele ser uno de esos momentos de juegos y relajación, y que muchos padres solemos aprovechar para calmar a los bebés antes de una siesta o un plácido sueño reparador. Es importante hacerlo con una temperatura agradable y la temperatura del agua está siempre sobre los 37ºC, nuestra temperatura corporal.

A la hora de dormir el ambiente debe ser cálido pero sin excederse, ya que muy abrigado puede sudar destaparse y enfriarse, o peor aún propiciar la muerte súbita que se produce por ahogamiento al girarse boca abajo o taparse la cabeza.

Esperamos que estos consejos les ayuden, aunque hay que tener paciencia ya que es inevitable que cojan unos cuantos resfriados al año que probablemente nos acabaran afectando también a nosotros, en cuanto el bebé esté malito podemos llevarlo al pediatra para ver que partes tiene afectadas y ver mejor su evolución.

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