En el embarazo se dice eso de que hay que comer por dos, pero no todo vale. La tortilla de patatas es uno de los platos más queridos de nuestra gastronomía, y es normal que durante el embarazo surja la duda de si es segura. La buena noticia es que sí puedes comer tortilla de patatas, siempre que esté bien cuajada y completamente cocinada.
¿Por qué debe estar bien hecha?
Durante el embarazo, el organismo es más sensible a posibles bacterias presentes en alimentos poco cocinados. Una tortilla con el interior líquido puede contener microorganismos que solo se eliminan con una cocción adecuada, por lo que es importante que el centro no quede crudo.
Consejos para disfrutar la tortilla de forma segura
1. Cocción completa, sin excepciones
Evita las tortillas poco hechas. Busca una textura firme por dentro y por fuera.
2. Huevos frescos y buena higiene
Mantén la encimera limpia, lava los huevos antes de usarlos y evita que la cáscara toque el interior.
3. En bares o restaurantes, pide la tortilla bien cuajada
Es recomendable especificarlo, así evitas riesgos sin renunciar al sabor.
4. Atención con las tortillas precocinadas
Muchas usan huevo pasteurizado, pero aun así deben calentarse de forma correcta para garantizar seguridad.
5. Conservación adecuada de las sobras
Si te sobra, guárdala en la nevera y consúmela en poco tiempo. Evita dejarla a temperatura ambiente durante horas.
¿Y la clásica tortilla jugosa?
La tradicional tortilla poco cuajada es deliciosa, pero es mejor reservarla para después del embarazo. Ahora lo prioritario es la seguridad alimentaria.
Conclusión
En resumen, sí puedes comer tortilla de patatas durante el embarazo, siempre que esté bien cocinada y se manipule con higiene. De esta forma podrás disfrutar de este plato tan nuestro sin preocupaciones.
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Bueno, sólo nos queda despedirnos, cuidaros mucho, nos leemos!