Cómo recuperar la rutina de sueño después del verano

Ya inmersos con la vuelta al cole y al ritmo de obligaciones, a muchos padres e hijos les cuesta restablecer los horarios de sueño. Después de meses de despertarse tarde, siestas prolongadas y horarios relajados, volver a dormir bien puede ser un desafío. Aquí van consejos prácticos y reales para que toda la familia logre descansar mejor, de nuevo.


1. Empieza a ajustar los horarios con tiempo

No esperes al último día para restablecer la rutina. Es mucho más fácil si comienzas poco a poco. Avanza la hora de acostarse y la de levantarse cada día unos 10-15 minutos hasta alcanzar tu horario deseado. Con dos semanas de antelación suele bastar para que el cuerpo se adapte sin sobresaltos.


2. Mejora la alimentación antes de dormir

Durante el verano muchos niños cenan tarde, optan por comidas pesadas o consumen dulces y refrescos que dificultan conciliar el sueño. Reducción de azúcares, evitar bebidas estimulantes por la noche y cenar algo ligero al menos 2 horas antes de ir a la cama ayudará muchísimo.


3. Prepara el dormitorio para el descanso

Un ambiente adecuado marca diferencia: que la habitación esté ordenada, fresca, oscura y tranquila. Ventila bien, organiza sus cosas, asegúrate de que la cama y la ropa de cama sean cómodas. El espacio tiene que evocar calma, no caos.


4. Limita dispositivos y tecnologías antes de acostarse

La luz azul de móviles, tablets, televisores y demás pantallas interfiere con la producción natural de melatonina, la hormona que regula el sueño. Lo ideal es apagar o evitar pantallas al menos 1 hora antes de acostarse; sustituye por lectura, canciones suaves o actividades relajantes en familia.


5. Controla las siestas y el exceso de sueño diurno

Las siestas cortas (30-40 min) son buenas, pero si el niño duerme demasiado durante el día, le costará conciliar el sueño por la noche. Además, intenta que sus siestas no sean muy tardías para que haya suficiente cansancio al final del día sin estar exhausto.


6. Sé tú el ejemplo

Los niños imitan, bro. Si los adultos mantienen horarios consistentes, se acuestan a una hora razonable y respetan su descanso, los peques se sienten más seguros para adaptar su propio reloj. No hace falta que duermas igual que ellos, pero sí que respetes tu propio descanso.


✅ Conclusión

Recuperar la rutina de sueño tras el verano requiere paciencia, constancia y pequeños ajustes. No todos los días serán perfectos, pero cada avance cuenta. Con horarios más regulares, una alimentación adecuada, un dormitorio calmado y reduciendo distracciones tecnológicas, tu hijo (y tú) podrá dormir mejor de nuevo.

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