Cómo ganarte la confianza de los peques para que te cuenten sus secretos 

Con el calor ya apretando se acercan las merecidas vacaciones y más tiempo para pasar en familia y ocio. En esta ocasión desde el blog de La Cestita del Bebé vamos a ver como podemos conseguir que nos cuente algún problema, secreto o inquietud si creemos que la tiene. 

Nino Terco

Aunque supongamos que los pequeños no guardan secretos por su inocencia, en ocasiones retienen información significativa. Lograr que un niño comparta sus inquietudes depende de construir confianza y proporcionar un entorno seguro donde no haya juicio y se les apoye. ¡Esto debe ser nuestra principal meta!

Mantener una comunicación efectiva con los hijos no es tarea fácil para los progenitores. Muchos de nosotros empezamos a cultivarla desde su infancia, pero hay un punto en la pre-adolescencia y adolescencia en el que los hijos pueden volverse completamente reservados.

A través de esta detallada guía para padres, exploraremos qué pasos seguir para que un niño o niña se abra sobre sus problemas, creando un espacio seguro sin secretos. Nos moveremos en etapas hasta lograr resultados notables.

Ya sea que tus padres te brindaran confianza en tu infancia, o que no hayas aprendido esto y desees no repetir el mismo patrón con tus hijos, estos consejos serán altamente útiles. ¡Empieza a aplicarlos de inmediato!

Logrando que un niño comparta sus preocupaciones

Muchos de nosotros como padres estamos inquietos por los posibles desafíos que enfrentan nuestros hijos sin que nosotros lo sepamos. Desde dudas sobre su crecimiento, enfrentarse al acoso escolar, lidiar con malas influencias o, en el peor de los casos, sufrir algún tipo de abuso.

Los niños a menudo comparten diversas cosas con sus padres, pero no todo. Si sienten culpa injustificada, si están siendo amenazados, o si temen la reacción de los padres al compartir algo, posiblemente opten por guardar silencio.

Esto representa un error considerable. Nuestros hijos necesitan apoyo durante estas etapas delicadas. Requieren orientación, ayuda y, en ocasiones, que actuemos en su nombre cuando no saben cómo manejar un gran problema.

Hacer que un niño comparta sus pensamientos es un proceso gradual, que demanda esfuerzo y la construcción de confianza. ¿Es posible mantener una buena comunicación con los hijos en todas las etapas de su vida? ¡Claro que sí! Y tú puedes hacerlo.

¿Cómo lograr que un niño hable sobre sus experiencias?

Conseguir que un niño verbalice sus problemas puede ser un desafío, especialmente si se enfrenta a circunstancias complicadas. Los pequeños carecen de las herramientas necesarias para identificar sus emociones y no saben cómo expresar lo que les ocurre. Esto se vuelve muy complicado si no los educamos al respecto.

Como padre, madre o educador, tenemos la capacidad de asistirles en el proceso de encontrar las palabras adecuadas para describir sus emociones y problemas. Proporcionarles un entorno seguro es una estrategia adicional, junto con estos consejos prácticos recomendados por profesionales en psicología infantil:


Enseña a comunicar sus emociones

Desde una edad temprana, los niños deben aprender a compartir lo que sienten. No ignores sus emociones cuando se sientan tristes, enojados o frustrados. Al igual que los adultos, ellos necesitan llorar, liberar su estrés y expresar su energía. ¡No les limites en esto!

En lugar de hablar por ellos, guíalos sobre las maneras adecuadas de expresarse. Enséñales sobre las diferentes emociones que existen, cómo gestionarlas y a buscarte cuando necesiten apoyo, sin importar la situación. Reconoce sus sentimientos y acompáñalos durante este proceso mientras sea posible.

Entorno seguro y confiable

Crea en tu casa o en el aula un espacio donde se sienta seguro para abrirse. Déjale saber que puede comunicarse contigo cuando lo requiera, y que no lo juzgarás ni lo regañarás. Al igual que sucede con los adultos, a veces solo necesitamos a alguien que nos escuche.

Si tu pequeño se siente a gusto compartiendo, cuando surja un problema real, se sentirá libre de acudir a ti. También puedes mostrar interés por sus emociones, sin forzarlo, pero facilitando una comunicación fluida en todo momento.

Escucha sin interrumpir

Presta atención activa a lo que dice un niño. Detén tus actividades, míralo directamente a los ojos y demuestra empatía. Permítele expresarse sin interrupciones ni minimizaciones. Esto es sumamente importante.

Continúa la conversación, y si se requiere o él lo solicita, ofrécele consejos o sugerencias, tal como te gustaría recibirlos. Si te pide ayuda, no dudes en brindársela o hacerle la oferta cuando muestre inseguridad.

Formule preguntas específicas

Realiza preguntas directas para ayudar a identificar sus emociones. Pregunta: ‘¿Cómo te sientes ahora? ’, ‘¿qué provoca esa sensación en ti? ’, ‘¿alguien te ha hecho sentir incómodo hoy? ’, ‘¿hubo algo molesto en la escuela hoy? ’. Es probable que con el tiempo se sienta más abierto a hablar.

Puede que aún no logren expresar sus pensamientos con claridad, pero si encontramos el enfoque correcto, será más sencillo que te comparta sus inquietudes gradualmente, desglosando la situación gracias a las preguntas que tú planteas.

Utiliza métodos alternativos

Cuando son muy pequeños o no saben cómo comunicar sus pensamientos, existen otras formas de obtener información de un niño, comúnmente empleadas en consultas psicológicas: a través de la expresión artística, el uso del color, el juego, los títeres y marionetas, podrán comunicarse mejor.

En lugar de indagar directamente sobre sus emociones, revivir una situación con un dibujo o un muñeco puede ser útil. Pregunta: ‘¿Qué siente este personaje? ’, ‘¿qué te inspira este elemento? ’. Esto permitirá que proyecten sus emociones, que podremos interpretar de manera directa o con la asistencia de un experto.

¿Qué hacer si tu hijo no quiere compartir algo contigo?

Cuando un hijo se niega a compartir algo, puede ser motivo de preocupación para muchos padres. Lo más importante es evitar presionar la conversación, otorgarle tiempo y espacio para procesar sus pensamientos y sentirse a gusto para hablar.

No lo interroges como si fueras un oficial de policía. No reacciones con enfado ni de forma exagerada o amenazante. Asimismo, no minimices lo que está sucediendo ni invalides sus sentimientos.

Lo que puedes hacer es demostrarte accesible y dispuesto a escuchar. Hazle saber cuánto lo quieres, que estás dispuesto a ayudarle y que no lo juzgarás. Esto fomentará un ambiente de confianza. Aprovecha momentos del día donde puedas establecer una conexión, para que se sienta más a gusto.

Mantén la serenidad y muestra paciencia. Cuando lo considere necesario y esté listo para hacerlo, te compartirá lo que está ocurriendo. Mientras tanto, puedes observar sus reacciones, hablar con sus maestros, amigos y personas de confianza que puedan ayudarte a entender la situación y a actuar en su protección.

¿Cómo detectar si mi hijo me oculta algo?

Los padres suelen tener un sexto sentido que les permite intuir si sus pequeños o un adolescente están enfrentando problemas. Sin embargo, no siempre estamos atentos a sus comportamientos y esperamos que simplemente se acerquen a solicitarnos ayuda.

Pero hay niños que están bajo tanta presión que les resulta difícil compartir lo que les sucede. Si sospechas que tu hijo está ocultando cosas, y aunque le has preguntado no te dice nada, pero te preocupa, presta atención a ciertos detalles como los siguientes:

  • Modificaciones en la conducta. De repente, te das cuenta de que tu hijo se muestra más reservado, melancólico, se irrita con facilidad, se enoja a menudo o en general no presenta el mismo comportamiento que solía tener, lo que podría indicar que enfrenta una dificultad importante.
  • Alteraciones en el sueño o pérdida de apetito. La falta de descanso adecuado, insomnio, sueños aterradores recurrentes, dificultad para dormirse al acostarse, así como la ausencia de interés por comer, son indicios de que hay algo que le preocupa y no lo muestra.
  • Disminución de la atención. Esto lo podrás notar si observas que está distraído, que su concentración en la escuela ha disminuido, que su rendimiento académico está en declive, o si sus maestros mencionan que ya no presta atención en clase.
  • Dependencia excesiva. Algunos niños de repente se vuelven más aferrados a sus padres, buscan compañía constantemente, no desean estar solos, pero a pesar de tus preguntas, no comparten lo que les inquieta. Esto puede reflejar ansiedad o inseguridad, aunque no sepan expresarlo.
  • No es difícil identificar cambios en la actitud de los niños, especialmente si somos sus padres o cuidadores y pasamos mucho tiempo con ellos. Los niños y adolescentes no ocultan sus emociones como los adultos, así que si prestas atención, notarás que algo puede estar mal.

¿Cómo manejar una actitud negativa en un niño?

Otra señal de que un niño tiene dificultades es que ignora tus indicaciones, se muestra rebelde o presenta una actitud diferente a la que es habitual. Esto no necesariamente significa que haya cambiado. A veces, tras este comportamiento, hay un problema desconocido.

Los comportamientos negativos en los niños deben ser abordados, pero primero es fundamental entender su origen. Conversa con tu pequeño, observa su ambiente, si se siente cansado, frustrado, enfadado o asustado, y reflexiona sobre cómo puedes ayudarlo.

En este contexto, los especialistas sugieren optar por el refuerzo positivo en lugar de castigar. Destaca las acciones positivas de tu hijo, cuando se comporta bien, cuando se expresa contigo, cuando comparte sus preocupaciones, y evita enfocarte en los momentos en que muestra una actitud negativa.

Modificar una actitud negativa y lograr que tu hijo te hable de sus problemas para sentirse mejor implica ser firme, mostrar empatía, comunicarte de manera efectiva y ser constante en su formación. Te darás cuenta de que es más sencillo de lo que imaginas y los resultados son muy positivos.

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